Libros
“Si cerca de la Biblioteca tenéis un jardín, ya no os faltará de nada.”
Cicerón
“Estos estudios (de las obras literarias) alimentan la juventud, deleitan la vejez, adornan los acontecimientos favorables, ofrecen refugio y consuelo en los desfavorables, complacen en casa, no estorban fuera, pasan la noche con nosotros…”
Cicerón, PRO ARCHIA POETA
“La literatura es el faro que me ha salvado de la locura”. Ana María Matute, premio Cervantes. Conferencia en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Abril, 2011
Adoro los libros en general y los míos en particular. Confieso que son mi oscuro objeto de deseo. No concibo una casa sin libros. Son como cuerpos sin alma. Me gusta tenerlos a la vista, tocarlos, sentir cómo ha pasado mi vida reflejada en ellos. Me encanta pasearlos. Los que pasean libros pertenecen a una cofradía especial, eternos estudiantes de una asignatura común que es la necesidad de aprender. Como todo poseedor de una biblioteca, Aureliano se sabía culpable de no conocerla. El dueño de una biblioteca nunca está satisfecho porque sabe que no tendrá tiempo en su vida de leerlos todos ni de releer los que más le gustaron, ni de comprar los que desea vivamente. Pertenezco a la cultura del libro.
Profetizan los augures que esta dilatada cultura del libro (1492) tiene sus días contados, pero yo cada día veo más libros en las librerías y más gente comprando libros. Como yo lo veo, el libro tiene unas características no superadas por ningún otro invento.
El libro es silencioso y establece una íntima relación entre el lector y él. No se necesita intermediarios, un tercero en discordia, un artilugio con el que algunas personas suelen entablar batalla porque nunca se sabe por dónde va a salir la tecnología.
El libro nos incita al descanso, al sosiego, puedes parar. ¿Quién ante un pasaje determinado no ha parado la lectura y ha disfrutado con los ojos cerrados al comprobar la coincidencia de lo expresado por el autor y el propio pensamiento sin definir? ¡Qué agradable sorpresa al ver reflejados los aún no definidos pensamientos en ajenas palabras!
Hay libros del presente, del pasado, del futuro y de siempre. En nuestra biblioteca reconocemos todas las épocas de nuestra vida, según los libros que estudiamos o leímos; también aquellos que nos marcaron en un momento. Y en cuanto a los del futuro son aquellos que compramos y tenemos para cuando tengamos tiempo.
Y ahora, con la jubilación y la próxima despedida, ha llegado el tiempo de la generosidad. Es preciso compartir con los demás todo lo que la vida te ha dado. Una sugerencia es donarlos a la Biblioteca, uno a uno, repasándolos con mimo y despidiéndote de ellos, para que otras personas puedan leer las mismas lecturas que abrieron tu mente.
Comentarios
12.03 | 13:29
Como buena hija de una MUTANTE y además PAS, agradezco a mi m...
14.07 | 09:44
Me gusta mucho esta pagina, claridad, utilidad y contenido. Gracias
10.02 | 11:29
Hola, yo quisiera saber si tienes el análisis oracional completo de este ...
10.04 | 11:56
Me parece precioso el artículo y cómo lo expresas. Gracias por tus sa...