ALGUNOS MOTIVOS RECURRENTES EN EL MUNDO DE
LA LÍRICA GRIEGA ANTIGUA
1º_INTRODUCCIÓN……………………..…….........…………….
2
2º_LA MUERTE
2.I La muerte inevitable……………………….....………… 3
2.2 La muerte, incitación al placer……………………... 4
2.3 La muerte, coronación de la vida……………….…..
6
2.4 La muerte compensada por la gloria………….…… 7
3º_LA VEJEZ…………………………………………….............……
8
4º_EL AMOR
4.1 Consideraciones generales……………….....………… 11
4.2 El amor como manía……………………………........…
12
4.3 El epitalamio……………………………….........………… 13
4.4 Los partenios……………………………….........…………
14
4.5 El banquete………………………………….…........….… 15
4.6 El amor masculino……………………….…….......……
16
4.7 CARPE DIEM………………………….........………...…… 17
4.8 Erótica de Arquíloco…………………......……..………
17
4.9 Temas del abandono. Anacreonte y Safo………… 19
5º_BIBLIOGRAFÍA……………………………………….............…
22
1º_INTRODUCCIÓN
En abierto contraste con la épica, que intenta esencialmente narrar, y que está dominada por un “tema”, en la lírica “el poeta no verifica tarea alguna, pues
no hay objeto frente al que situarse”. (Staiger, Conceptos fundamentales de poética, pág. 31).
En el mundo lírico asistimos en frase de Vischer: “Al puntual encenderse del mundo en el sujeto lírico”.
Se trata de verterse el propio poeta, de expresar su estado anímico. Por ello, todo auténtico poema lírico es breve, de escasa extensión, y en el que se funden en una unidad las palabras y su música.
Sin
embargo, a través de estas palabras podemos recrear un mundo literario, alba de la poética occidental, que contiene unos motivos esenciales y reiterativos: el mar, los dioses, los caballos, las muchachas, la fugacidad del tiempo, la invitación
al goce, etc. Tres de estos motivos: la muerte, la vejez y el amor constituyen el objeto de este trabajo.
2º_ LA MUERTE
2.1 La muerte inevitable
La muerte inevitable, la muerte imprevisible que corona las demás desgracias e impotencias de la vida del hombre, según los catálogos que han trazado Solón,
Semónides y Minnermo.
Se esfuerza cada uno de un modo. El uno va errante
en las naves, tratando de llevar a su hogar la ganancia,
por el alta mar,rica en peces, arrastrado por vientos terribles,
sin disponer de resguardo ninguno a su vida.
Otro, labrando la tierra de cultivo el año entero,
es un siervo a jornal, de los que tras los curvos arados se
afanan.
Otro, experto en las artes de Atenea y del hábil Hefesto,
con mano de artesano consigue su sustento.
Otro, instruido en sus dones por las Musas Olímpicas,
como conocedor
preciso de tan envidiable saber.
A otro lo hizo adivino el dios certero, Apolo,
y sabe prever la desgracia que a un hombre amenaza,
si le inspiran los dioses. Aunque de ningún modo
ni
el presagio, ni los sacrificios evitan lo fatal.
Solón
de Atenas, 1(1D) A las Musas
Todo al hombre, Pericles, se lo dan el Azar y el Destino.
Arquíloco de Paros,8 (8D)
De quien murió no nos preocuparíamos,
si fuéramos sensatos, más de un día.
Semónides de Amorgos, 3 (2D)
Largo tiempo tenemos de estar muertos,
y vivimos muy mal un corto número de años.
Semónides
de Amorgos, 4 (3D)
Ojalá que, sin enfermedades ni penas angustiosas,
a los sesenta años me alcance la
muerte fatal.
Minnermo
de Colofón, 5 (6D)
2.2 La muerte, incitación al placer
El pensamiento de la muerte es incitación al placer,a disfrutar de la bebida y del amor durante el breve tiempo de vida que se nos concede,
concesión de amor como “euphrosúne” o placer, cara a Minnermo, Anacreonte, Teognis, Solón.
Venga
ya, tráenos, muchacho,
la copa, que de un trago
la apuro. Échale diez cazos
de agua, y cinco de vino,
para que sin excesos otra vez
celebre la fiesta de Baco.
Anacreonte de Teos, 2 (43D)
Almorcé pellizcando un poco una ligera torta,
y apuré una jarra de vino. Ahora suavemente toco
la seductora lira festejando a una querida niña.
Anacreonte de Teos, B (69D)
Goza de tu juventud, corazón
mío. Pronto serán otros
los hombres y, ya muerto, yo seré tierra negra.
Teognis
de Mégara, (877-888)
Ningún hombre en cuanto lo deja cubierto la tierra,
y desciende hasta el Erebo, a las mansiones de Perséfone,
se deleita escuchando los sones de
lira o de flauta,
ni acogiendo los dones amables de Dioniso.
Advirtiendo el hecho, alegraré mi corazón mientras tenga
ágiles mis rodillas y la cabeza mantenga bien firme.
Teognis de Mégara, (973-ss.)
2.3 La muerte, coronación de la vida
La muerte, como coronación de un curso de la vida humana, sigue a la vejez y participa ya, por así decirlo, de su naturaleza. Este orden rectilíneo
y sin vuelta de la vida humana es opuesto a la vida de los dioses, inmortales y felices.
Pues nadie
con todas sus muchas riquezas se va hacia el Hades
ni, ofreciendo rescate, se escapa a la muerte, ni a duras
dolencias, ni a la maldita vejez cuando ella acude.
Solón de Atenas, 11 (14D)
Esto es lo más
bello que dijo el hombre de Quios:
“Cual la generación de las hojas, así es la vida de los
hombres”.
Pocos mortales, en efecto, acogen en su oído este verso
y lo depositan en su pecho. Pues queda en cada uno la
esperanza
que en el corazón de los jóvenes arraiga.
Mientras conserva un mortal la flor muy deseable de la
juventud,
tiene un ánimo ligero y piensa en muchos desatinos.
Porque no recela que ha de envejecer y morir
ni, al estar sano, tiene preocupación por la fatiga.
Necios quienes tienen
tal estado de mente y desconocen
cuán corto es el tiempo de la juventud y el vivir
de los hombres. Pero tú apréndelo, y hasta el fin de tu vida
atrévete a gozar de los bienes que el
vivir te depara.
Simónides
de Amorgos, 1 (29D)
Nosotros, cual las hojas que cría la estación florida
de primavera, apenas se difunde a los rayos de sol,
semejantes a ellas, por breve tiempo gozamos de flores
de juventud, sin conocer por los dioses ni el mal
ni el bien. Pero al lado se presentan las Keres oscuras,
la una con el embozo de la funesta vejez,
la otra con el de la muerte. Un instante
dura el fruto
de la juventud, mientras se esparce sobre la tierra el sol.
Mas apenas ha pasado esa sazón de la vida,
entonces resulta mejor estar muerto que vivo.
Minnermo de Colofón, 2(2D)
2.4 La muerte compensada por la gloria
Tema de la muerte compensada por la gloria y por el llanto de los ciudadanos
Honroso es, en efecto, y glorioso que un hombre batalle
por su tierra, sus
hijos, y por su legítima esposa
contra los adversarios. La muerte vendrá en el momento
en que la hayan urdido las Moiras…………………………….
……………………………………………………………………..Pues a toda la gente le invade la nostalgia
de un bravo
que supo morir. Y si acaso pervive, es rival de los héroes,
porque a su paso le admiran cual si fuera una torre del
muro.
Calino de Éfeso, 1(1D)
Pues es hermoso morir si uno cae en la vanguardia
cual guerrero valiente que por su patria pelea.
………………………………………………………………………………………………………………………………………………………….
En cambio, todo es bello en un joven,
mientras la flor flamante de amable juventud posee.
Es admirado por los hombres y suscita amor en las mujeres
mientras está vivo, y hermoso es si cae
en la vanguardia.
Tirteo
de Esparta, 3(6, 7D)
3º_LA VEJEZ
………………….. Pues más tarde acude penosa
la vejez, que a un tiempo feo y débil deja al hombre.
De continuo agobian su mente tristes presentimientos
y no disfruta ya al contemplar los rayos del sol,
entonces es odioso a los niños, y despreciable a las mujeres.
¡Tan
horrible implantó la divinidad la vejez!
Minnermo
de Colofón, 1(1D)
Pero dura un tiempo muy breve, como un sueño,
la juventud preciada. Luego, amarga y deforme
la vejez sobre nuestra cabeza está pendiente,
odiosa
al par que infame, que desfigura al hombre
y, envolviéndole, daña sus ojos y su mente.
Minnermo de Colofón, 4(5D)
Ya tengo las sienes blancas
y con brillo la cabeza
ya la juventud graciosa
se fue, y el diente está viejo.
De la dulce vida es poco
el tiempo que aún me queda;
por esto a menudo lloro:
el Tártaro me da miedo.
Pues del Hades al abismo
es terrible, y doloroso
bajar allí, y es seguro
que el que baja ya no sube.
**
Anacreonte 40(50P) **
Siendo joven se puede dormir junto a alguien coetáneo
la noche entera, colmando el deseo de amorosos abrazos;
se puede en el banquete cantar al compás
del flautista.
Ninguna cosa es más placentera que esto para hombres
y mujeres. ¿Y qué me importan a mí el honor y el dinero?
El placer que acompaña un ánimo alegre a
todo supera.
Insensatos y necios los hombres que lloran a los muertos
y no a la flor de la juventud que se va marchitando.
Teognis de Mégara, 1063--1070
La vejez del poeta no es incompatible con sus veleidades amorosas.
Potrilla tracia, ¿por qué me
miras
de reojo, y sin piedad me huyes,
y piensas que no sé nada sabio?
Anacreonte de Teos, 18(88D)
Al morir quedarás yerta y de ti nunca memoria
habrá ni nostalgia en el futuro. Porque no participas
de las rosas de Pieria. Mas, ignorada aún en el Hades,
vagarás
revoloteando por entre oscuros difuntos.
Safo
de Mitilene, 11(58D)
4º_EL AMOR
4.1 Consideraciones generales
Los destrozados fragmentos de la lírica griega arcaica son suficientes para dar una idea de la amplia temática amorosa
de la misma. Hay amor entre el hombre y la mujer en Arquíloco, en los epitalamios de Safo, en Anacreonte. Encontramos en Safo, Teognis y Anacreonte los más variados matices en la expresión del amor homosexual, masculino y femenino: deseo,
celos, añoranza, súplica.
Pero con esto no hacemos sino dar una idea muy imprecisa e incompleta. El amor está, a veces, unido al tema de la boda y la generación; otras, al de la relación con la hetera. Aquí
brilla el motivo del placer, el amor es parte de la “euphrosúne”, de la vida feliz y placentera cantada y cultivada en el banquete. Este tema de la “euphrosúne” es también común en la relación
homosexual, pero otras veces en ella, igual que en la heterosexual, el aludido es el amor-pasión. Uno y otro amor entran con frecuencia en conexión con el tema de la muerte.
Otra antinomia se establece entre el amor concebido como el efecto
que sobre el hombre ejercen ciertas divinidades y el amor concebido a la simple escala humana.
4.2 El amor como manía
La mención de la manía o locura irracional enviada
por ciertas divinidades, incluso la mención de Afrodita, Eros o Dioniso, no es suficiente para asegurar en todos los casos que hay una concepción religiosa del amor.
El amor viene de fuera, del mundo divino; se implanta en el “thúmos”,
ánimo o corazón, según se quiera traducir, que resulta de ello enloquecido y sufre. Pero el que ama no puede satisfacer su pasión nada más que si la diosa así lo quiere. El amante es una víctima: sus miembros
se debilitan, tiembla como sacudido por un viento, su corazón se agita, palidece, está poseído por algo más fuerte que él. Sólo los dioses que inspiran una de estas manías pueden liberar de la misma, como Afrodita
puede liberar del amor.
En el himno a Afrodita de Safo se pasa del himno cultural a un motivo literario, y se pasa, a la vez, del “éros” heterosexual al homosexual.
…………………….. Y tú, oh feliz diosa,
mostrando tu sonrisa en el rostro inmortal,
me preguntabas qué de nuevo sufría y a qué
de nuevo te invocaba,
y qué con tanto empeño conseguir deseaba
en mi alocado corazón. “¿A quién, esta vez
voy a atraer, oh querida, a tu amor? ¿Quién ahora,
ay Safo, te agravia?
Pues si ahora
te huye, pronto va a perseguirte;
si regalos no aceptaba, ahora va a darlos,
y si no te quería,
enseguida va a amarte,
aunque ella resista”.
Safo de Mitilene, 1(1D)
4.3 El epitalamio
El
género que en primer lugar debe ser mencionado es el epitalamio o himeneo, la canción de boda.
Los epitalamios de Safo son recreaciones literarias con destino ritual, por lo demás, de los antiguos epitalamios populares.
La comparación de la novia con la manzana roja
Cual la manzana que se cubre de rojo en la alta rama,
en la rama más alta, y los recolectores la olvidan…
¡Pero no, no la olvidan, es que a ella no pueden llegar!
Safo de Mitilene, 25(116D)
o el jacinto
Como el jacinto que en el monte los pastores
con sus pies aplastan y en tierra sus flores purpúreas…
o la comparación del novio con el ramo…
¿A qué, querido novio, voy a compararte?
A un flexible tallo muy bien te comparo.
nos llevan al ambiente de los antiguos cultos agrarios en los que la vida humana y vegetal
van juntas.
4.4 Los partenios
Los partenios cantados en fiestas espartanas en honor de diosas como a Otis o Elena, como parte de celebraciones anuales en honor de estas divinidades femeninas que favorecen la vida.
Los temas eróticos de tipo mítico están presentes.
Que ninguno de los humanos vuele hasta el cielo,
ni pretenda desposar a Afrodita,
la diosa soberana,
o a otra inmortal o a una hija del dios marino Porco.
Alcmán de Esparta, 1(1D) Partenio
Los temas eróticos aparecen también a escala humana:
En primavera
los membrillos
regados por las aguas corrientes
de los arroyos, allí en el jardín
intacto de las Vírgenes florecen,
y rebrotan y crecen los racimos
bajo los tallos mimbrosos de los pámpanos.
Ibico de Regio, 2(6D)
4.5 El banquete
El banquete es en realidad una derivación, una continuación
de la fiesta. En él hay un simposiarca rodeado de un grupo de amigos, como en las celebraciones corales hay un corego y un coro; hay el peán o centro coral, hay la exhortación monódica del simposiarca, que en los
fragmentos líricos es el poeta, a los temas propios del banquete. Entre estos el erótico es uno de los primeros. Del canto del solista en la fiesta, sobre todo de tipo privado, y en el banquete ha nacido la erótica literaria.
Oh Soberano, compañero de juegos
de Eros seductor y de
las Ninfas
de párpados azules y de la purpúrea
Afrodita,
tú que recorres
las elevadas cumbres de los montes.
A ti te
imploro, y tú benévolo
acúdenos a escuchar
nuestro
ruego agraciado,
sé tú de Cleóbulo un buen
consejero, y
que acepte,
oh Dioniso, mi amor.
Anacreonte
de Teos, 3 (2D)
En Anacreonte desemboca, no menos que en Safo, toda la antigua erótica popular, unida a los ritos y mitos de los dioses agrarios, asociada a la vida animal y también a la muerte. La concepción de la
consecución amorosa como un “alcanzar” a la persona amada en una danza en la que hay enfrentamiento y huida nos lleva a los viejos temas míticos de la carrera de Atalanta o de las Ninfas perseguidas por los Sátiros; y a las
carreras y agones rituales enlazados con temas eróticos, como los coros femeninos de los partenios, los de hombres y mujeres disfrazados de sátiros y ninfas.
Antiguo y ritual es el tema de la “red” o “cadena” de
Afrodita; la comparación con la yegua, el tema erótico entre el viejo y la joven.
4.6 El amor masculino
En Teognis, su libro II está destinado al amor masculino, surgiendo temas conocidos: la comparación
con el caballo, la queja por la ingratitud o desvío, la exhortación basada en la brevedad de la juventud. En el libro I aparece el tema del CARPE DIEM, la invitación al amor y al placer antes de que se acabe la dulce juventud.
Cirno, a estos poemas que a ti yo te enseñé, imponerles
quiero
mi sello, y nunca así pasará inadvertido su robo,
ni nadie los estropeará, alterando lo bueno.
De modo que cualquiera dirá:” Son de Teognis de Mégara
esos versos: Un hombre famoso entre todas las gentes”.
Teognis de Mégara, (1-38) Proemio
Goza de tu juventud, corazón mío. Pronto serán otros
los hombres y, ya muerto, yo seré negra tierra.
Teognis de Mégara, (877-878)
4.7 CARPE DIEM
¿Qué vida, qué placer existe sin la dorada
Afrodita?
Ojalá muera yo cuando ya no me importen
la unión amorosa en secreto ni los dulces dones de la diosa,
ni el lecho
que son las más amables flores de la juventud
para los hombres y las mujeres; pues cuando llega la hora
de la dolorosa
vejez que hace deforme incluso al hombre hermoso,
y siempre le rondan al corazón tristes inquietudes…
***Minnermo
de Colofón, fr. 1 ***
4.8 La erótica de Arquíloco
La erótica de Arquíloco es la más antigua de todas dentro de la lírica. Es una situación social diferente
la que hace posible expresar en la Paros del siglo VII cosas que nos resultan más modernas que en las de siglos posteriores. La erótica de Arquíloco se dirige a Neobula, la prometida del poeta, que su padre Licambes le negó
con perjurio, tras habérsela prometido. Hallamos en Arquíloco el primer intento para personalizar el amor.
En el épodo VIII la rechaza cuando, años después, ella intenta conquistarlo.
No está
tan floreciente como antes tu suave piel pues ya se
marchita
y el surco de la vejez funesta te derrota…
Y, sin embargo, en el centro de este poema recuerda el antiguo amor.
“Tal deseo de amor envolviéndome el corazón,
extendió
sobre mis ojos una densa niebla, robándome del pecho mis tiernas entrañas”.
***
Su erótica también se centra en la hetera, pero es minoritaria.
…de su perfumado cabello
y su pecho
hasta un viejo se habría enamorado.
4.9 Tema del amante abandonado por la persona que ama
Dentro de la temática de la erótica femenina, uno de los temas fundamentales es el tema del abandono, el del deseo de la muerte por parte de la mujer abandonada.
Oigo que piensa tristezas
esa mujer señalada
y que con frecuencia dice
echando la culpa al dios:
…qué bien sería, mi madre
si llevándome al cruel
ponto salvaje, me echaras
a sus pies espumantes.
*** Anacreonte, fr. 72 ***
Como tantos otros temas, también éste ha sido
adoptado por Safo en la poesía homoerótica.
De veras, estar muerta querría.
Ella me dejaba y entre muchos sollozos
así me decía:
“¡Ay, qué penas terribles pasamos,
ay Safo, qué a mi pesar te abandono!”
y yo le respondía:
“Alegre
vete, y acuérdate
de mí, ya sabes cómo te quería”.
Safo
de Mitilene, 17 (96D)
Si en la lírica del epitalamio y en la simposíaca son los momentos de la consecución y del placer los que se destacan, la lírica literaria apoyada en sectores varios de la lírica
ritual,
ha destacado preferentemente el aspecto de la búsqueda, que llevará a la culminación Platón en su Banquete y el aspecto del abandono y del dolor.
Para los griegos de la edad arcaica el hombre
y la mujer aman impulsados por el dios; su razón no rige, están en estado de manía, locura o posesión; sus miembros están debilitados. Y, sin embargo, el amor es expresión de su voluntad y de su ser profundo; amar
es desear, es parte del
deseo, de la actividad volitiva del hombre, de la libertad del hombre.
Dicen unos que ecuestre tropel, la infantería
otros, y esos
que una flota de barcos resulta
lo más bello en la oscura tierra, pero yo digo
que es lo que uno ama.
Y es muy fácil hacerlo
comprensible a cualquiera.
Pues aquella que mucho en belleza aventajaba
a todos los humanos, Helena, a su esposo,
un príncipe
ilustre,
lo abandonó y marchóse navegando hacia Troya,
sin acordarse ni de su hija ni de sus padres
en absoluto,
sino que la sedujo Cipris.
Safo
de Mitilene, 6 (27D)
El amor está unido a la belleza
Desde el siglo VI cada vez más se extiende la moral de la sophrosúne y la medida, de la razón y de la legalidad. La vida sexual se centra
en la familia. La erótica en el sentido profundo de un Arquíloco o Safo tiende a desaparecer. Hay sobre todo en Atenas una deserotización de la literatura griega. Sólo Eurípides llega, a través del tema erótico,
a penetrar en los aspectos más profundos e irracionales del alma humana, enlazando con Arquíloco y Safo.
5º_BIBLIOGRAFÍA
Alsina, José Literatura
griega. Ariel. Barcelona,1983
Ferraté, Juan Anacreonte: Poemas y fragmentos.
Texto bilingüe. Ediciones Península.
Barcelona, 1987
García Gual, Carlos Antología de la poesía lírica griega
siglos VII-
IV antes de Cristo
Alianza Editorial. Madrid, 1986
Rodríguez Adrados,
Francisco
El mundo de la lírica griega antigua
Alianza Editorial. Madrid, 1981
NB. La mayoría de los versos citados proceden del libro de Carlos García Gual; los que aparecen con ** son del libro de Juan Ferraté, y los que aparecen con ***proceden
del texto de Francisco Rodríguez Adrados.